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Hurbinek ya tiene voz
SVETLITZA Hugo
Jacques Lacan en La Tercera y en el Seminario Nº 17 El Reverso del
Psicoanálisis hace consideraciones sobre el porvenir del psicoanálisis
y su pregunta gira alrededor de qué es lo que nos procura la ciencia
y menciona como respuesta la aparición de los gadgets que sirven
"para distraer el hambre en lugar de los que nos falta". Los
gadgets son la multiplicidad de objetos mutables, fácilmente reemplazables,
nacidos del discurso de la ciencia que están ahí a la vista
formando lo que Martín Heidegger llama estructura de emplazamiento,
es decir que los objetos no surgen como consecuencia de una producción,
sino que estos objetos ya están ahí de antemano.
La Shoá -catástrofe, devastación- y no holocausto
como ofrenda sacrificial marca de una manera inédita e inaudita
en la historia la atroz utilización de la ciencia por parte de
la maquinaria nazi con una eficacia siniestra: el exterminio como producción
en cadena. En Auschwitz no se mataban personas, se producían cadáveres.
Hurbinek no era nadie afirma Primo Levi describiendo a un niño
de no más de tres años prisionero en Auschwitz, innominado,
bautizado así por sus compañeros de infortunio. Su existencia
se reducía a una pura mirada, desoladora y expresiva a la vez:
era su único lenguaje.
Hurbinek no hablaba: emitía sonidos breves inarticulados a los
que sus compañeros intentaban descifrar. Meses antes de la liberación
murió Hurbinek "Nada queda de él: el testimonio de
su existencia son estas palabras mías" refiere Primo Levi.
El exterminio de los judíos por parte de los nazis es el exterminio
discursivo no explicable en categorías que pertenecen a la nosogrofía
psiquiátrica, sino que el campo a describir entra en el terreno
de la ética.
Perla Sneh y Juan Carlos Cosaka en su libro La Shoá en el Siglo
detallan que la figura retórica por excelencia empleada por el
nazismo fue el eufemismo y, a la vez que suplanta la metáfora inconciente,
genera un lenguaje de pura abstracción literalizando los significantes
marionetas, trapos, insectos que eran el signo apelativo de los judíos;
lo que se trató fue del "intento como voluntad del desabonaje
del inconciente del modo más radical" afirman Sneh y Cosaka.
La apatía sadiana del Nazismo logró instrumentar con fría
precisión clasificatoria y administrativa el ataque a la lengua
en su función subjetivante.
De todas maneras yo considero que habría que conceptualizar de
forma distinta la expresión desabono del inconciente utilizada
por Jacques Lacan respecto a James Joice quien con su artificiar inventa
su sinthôme reparando en el lugar de la falla: Joyce hace surgir
una formación psíquica desabonada que Lacan la denonima
Lo Uno del Sinthome, fuera de discurso y ubicado como cuarta consistencia.
El desabono implica sentar las bases de producción un acto vía
nominación inventando una letra que cifra modos de goces menos
podridos.
En el nazismo más que desabono habría un arrasamiento del
inconciente donde sí el eufemismo preside el lugar del Nombre del
Padre con pérdida éste de su función de nominación.
El aplastamiento de la subjetividad y lo intestimoniable tiene un nombre:
el eufemismo utilizado en la jerga del lager era el Musulmán (denominaban
así a los prisioneros que habían abandonado cualquier esperanza,
eran cadáveres ambulantes, eran los hundidos); el nombre puede
provenir del término árabe muslim que designa al que se
somete incondicionalmente a la voluntad de Dios.
Giorgio Agamben refiere que los judíos saben que en Auschwitz no
morirán como judíos sino como musulmanes ... Para Primo
Levi el musulmán es el lugar de un experimento en el que la moral
misma se pone en duda. Pierde sentido, incluso, la propia idea de un límite
ético.
Sabedores los nazis que la tradición judía ubicó
a la memoria como el eje de una transmisión generacional ubicándola
como su patria en la diáspora "la solución final"
fue exterminar a aquellos que conservaban la escritura de la ley como
sostén de su existencia.
En la República Argentina la pretensión totalitaria mediante
la usurpación del poder por parte de la dictadura militar en 1976,
no sólo masacró los cuerpos sino que también ejerció
su dominio mediante la manipulación del lenguaje; así el
ex Almirante Emilio Massera se quejaba del lenguaje inoculador de ideologías
foráneas por parte de los subversivos ..." las palabras perturbaban
el raciocinio y han sido infieles a sus significados ... ha llegado la
hora de decirle basta a esta abyecta Torre de Babel y para reparar tanto
daño hay que recuperar los significados de tantas palabras malversadas
..." Obviamente lo difícil de soportar para el totalitarismo
es la condición misma del significante, su deslizamiento; añoran
la coagulación pétrea del signo que avasalla toda posibilidad
de intervalo.
El nazismo modificó al hombre al punto tal de convertirlo en detritus,
puro residuo no delimitado, anonadado por la invasión de lo real.
Los citados autores Sneh y Cosaka consideran que es el Sistema -en lugar
de la estructura- el que remienda lo Simbólico desamarrado, no
haciendo éste calce con lo real: el lugar donde este simbólico
cruza lo real es el exterminio.
Una precisa definición de la Shoa podría ser: acontecimiento
sin testigos.
Hurbinek no puede dar cuenta de su padecer, su voz es muda, el testimonio
que se ofrece es por delegación; el testimonio es el encuentro
entre dos imposibilidades; el sujeto del testimonio es aquel que testimonia
de una desubjetivación, es una potencia que adquiere realidad mediante
la imposibilidad de decir sin garantizar la verdad del enunciado; al respecto
recordamos la "varité" de la verdad que hablaba Lacan
acoplando homofónicamente variedad y verdad; toda verdad al estar
hecha de la estofa significante conlleva la posibilidad de la mentira
marcando, así, su carácter ficcional: por eso apuntamos
a lo real.
Eli Wiesel dice que los que no han visto la experiencia de los campos
de concentración nunca sabrán lo que fue; los que la han
vivido no la contarán nunca, no verdaderamente, no hasta el fondo
...
No obstante con estos jirones de verdades semidichas el pasaje a producir
-vía testimonio- es de lo que fue detritus pueda convertirse, al
menos, en resto que implica, por sí, cierto recorte pulsional.
Resto es un concepto teológico mesiánico; en el Antiguo
Testamento lo que se salva no es todo el pueblo de Israel sino un resto.
Nombre eterno les daré que no será borrado
yo les daré en mi casa, entre mis muros,
un memorial y un nombre, mejor que hijos e hijas
Un nombre eterno les daré
que nunca más se borrará
Isaías 56,5
Ahora sí Hurbinek tiene voz ...
Nota: Este escrito es la producción individual de un trabajo de
Cartel titulado " Shoá, estructura y memoria".
HUGO SVETLITZA
Paraguay 3045, 9º "A" , (1425) Capital Federal
República Argentina.
Bibliografía
1) Sneh Perla y Cosaka Juan Carlos La Shoah en el siglo, Xavier Bóveda
Editores, 1999, Bs. As. Argentina.
2) Agamben Giorgio Lo que queda de Auschwitz, Pre-textos 2000, Valencia,
España.
3) Forster Ricardo El exilio de las palabras, Eudeba, 1999,
Bs. As. Argentina.
4) Lacan Jacques Seminario Nº 17 El Reverso del Psicoanálisis,
Paidós, 1992, Bs. As. Argentina.
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