resucitación del tejer existencial SAIEGH Ricardo [...] selon les détours que l´inconscient y fait chemins
Expongo algunas experiencias a partir de un proyecto que un conjunto
de psicoanalistas iniciamos hace unos quince años acerca de las
estructuras del tiempo y que actualmente toman como cauce las aportaciones
psicoanalíticas a la reconstrucción del tejido existencial
conjeturado como conexión de operaciones de parentesco, de sexuación
y de la polis. 2 Para abordar la resucitación del tejido existencial, he de partir
del historial de un analizante -al que he de llamar Faustino-, que acudía
al análisis -de esto hace tiempo-, con un hondo dolor por tener
que volver a exponerse a unas pruebas sobre su condición cuando
estaba convencido de que ya las había pasado. Relataba cómo,
después de haber peligrado su existencia, salir de prisión
y partir al exilio, y luego del retorno a su tierra de nacimiento, se
encontraba teniendo que volver a comprobar su condición humana,
desde lo más elemental de la convalidación de títulos
y herencias hasta su condición familiar y sexual. Expresaba la
intensa soledad y tristeza que le causaba tanta injusticia. Supuse entonces
que cabía abordarlo -desde los relatos bíblicos o desde
el Moisés de Freud-, como una versión contemporánea
de Abraham o de Job o como los momentos de desesperación del Fausto
de Goethe. De allí el nombre asignado. 3 En tanto el modo de recibir este enigma marca nuestra condición,
he de retomar el texto de J. Lacan de 1945 Le temps logique et l'assertion
de certitude anticipée. 4 En unas jornadas sobre las psicosis en la infancia, en 1967, Lacan recuerda
que para que eso ocurra hace falta el trabajo de al menos dos generaciones.
Se puede considerar esa antigua afirmación sobre las generaciones
porque hacen falta más de dos operaciones para el trenzado (l'insu
que sait de l'une bévue s'aile à mourre 14-XII-76) y proseguir
la exploración por las mutaciones en la transmisión que
condicionan las estructuraciones clínicas. [...]Recordar que en
sus etimologías, símbolo y síntoma vienen de conexiones
entre acontecimientos; que la simbolización es la realización
de un acto conjunto del cual el símbolo es testigo. Por su parte
síntoma viene de la intersección de varios conjuntos, encrucijadas
de diversas trayectorias. Símbolo y síntoma entonces como
lo que queda de una conjunción. Aunque aparentemente la cuestión del enigma es algo trillado
en el quehacer analítico sigue siendo de fuerte valor. Sea desde
el relato abrámico o mosaico, desde la tragedia edípica
o la épica faustiana, eso insiste: ¿Qué escuchaba
Abraham decir a su Dios respecto de su hijo? ¿Qué recibía
Moisés para transmitir a su pueblo? ¿Cuál era el
enigma de la esfinge en el mito edípico?¿Qué preguntaba
el director de la cárcel en el aserto del tiempo? ¿Qué
escuchaban Freud y su hija del hijo y del nieto? ¿Cómo se
vinculan las dos cuestiones que deja Freud en su legado -qué es
un padre, qué quiere la mujer- con la cuestión del hijo?
¿Qué escucha cada uno en el Che vuoi? ¿Qué
escuchaba Faustino? 6 La experimentación del texto del tiempo lógico depara sorpresas.
Por ejemplo, un hallazgo elemental es descubrir que la prueba de identificación
que propone el director de la cárcel puede conducir tanto a la
salvación por resucitación de la complejidad como a la perpetuación
de la prisión. Si la instigación lleva a que se perpetúe
una causalidad eficiente, formal o final, no salen tres. Si hay atrapamiento
en las intenciones del carcelero se instala lo paranoide. Si son conciencias
simétricas y dominan los ideales, las certezas, las realidades
y sentimientos yoicos, hay cierre y detención o enfrentamiento
mortífero.
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