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Inconsciente y suicidios
RATTIN Enrique
Freud en 1920 planteó que el descubrimiento regular de deseos
inconscientes en el suicida no necesitaría extrañarnos,
ya que el inconsciente de todos los vivos rebosa de tales deseos. Si bien
los suicidios adolecen de una lógica de la decisión, la
palabra del psicoanalista puede incidir en la dialectización de
la relación del sujeto (posible suicida) al significante.
Los suicidios deben ser pensados desde el corpus teórico freudiano
del Edipo, ya que lo que aparece en el centro del acto suicidario es tanto
la agresividad como la identificación. Esto se comprende porque
la lógica interna del edipo encierra una representación
intolerable de nuestra propia muerte (castración) y el amor-odio
hacia el otro. " En efecto, para el enigma del suicidio el análisis
nos ha traído este esclarecimiento; no halla quizá la energía
psíquica para matarse quién, en primer lugar, no mata a
la vez un objeto con el que se ha identificado, ni quién, en segundo
lugar, no vuelve hacia sí un deseo de muerte que iba dirigido a
otra persona". S.Freud. 1920.Obras completas. Tomo XVIII Pag.155.El
drama edípico culmina en una articulación lógica
de la agresividad y la identificación por la relación al
Falo. En 1897 Freud le escribió a Fliess en el manuscrito N en
un anexo de la carta 64 bajo el nombre de impulsos lo siguiente: "
Los impulsos hostiles hacia los padres (deseo de que mueran) son, de igual
modo, un integrante de la neurosis. Afloran conscientemente como representación
obsesiva. En la paranoia corresponde lo más insidioso del delirio
de persecución (desconfianza patológica de los gobernantes
y monarcas). Estos impulsos son reprimidos en tiempo en que se suscita
compasión por los padres: enfermedad, muerte de ellos. Entonces
es una exteriorización del duelo hacerse reproches por su muerte
(las llamadas melancolías), o castigarse histéricamente,
mediante la idea de retribución, con los mismos estados de enfermedad
que ellos han tenido. La identificación que así sobreviene
no es otra cosa como se ve, que un modo del pensar y no vuelve superflua
la búsqueda del motivo". Aparece aquí el germen de
lo que Freud va a trabajar en 1917 en Duelo y Melancolía y su aporte
a la interpretación del suicidio. Ya en Psicología de las
masas y análisis del yo, nos habló de la identificación
como la forma más primitiva de la ligazón afectiva a un
objeto y por otra parte una transformación regresiva que toma el
lugar de una ligazón libidinal a un objeto por una suerte de introyección
del objeto en el yo.
Sin descuidar las relaciones estrechas entre identificación y deseo,
en la interpretación del suicidio, no debemos confundirlas. El
objeto de la identificación no es el objeto del deseo en la triangularidad
edípica. Si bien la identificación es propiciatoria, el
objeto se escamotea como perdido, como causa.
Lo que el sujeto saluda en la imagen especular es el modo de identificación
narcisística pero con una tendencia correlativa de la agresividad,
representables en las imagos del cuerpo fragmentado. Es el tiempo de la
estructuración subjetiva en donde el individuo humano en una relación
erótica se fija a una imagen que lo aliena a él mismo, constitución
paranoica del yo. Freud decía que la necesidad de una participación
de rivalidad entre los hermanos es el fundamento de la identificación
al tótem paterno, pero la identificación edípica
es por la cuál el sujeto trasciende la agresividad constitutiva
de la primera individuación subjetiva. Lacan en su seminario del
12 de febrero de 1967 de La lógica del fantasma, nos dice que la
repetición nos permite poner en correlación dos modos bajo
los cuales el sujeto puede aparecer diferente. Dice que puede manifestarse
en su condicionamiento temporal de corresponder a los dos estatutos definidos
como aquél del yo de la alienación y aquél que revela
la posición del inconsciente en el análisis. Creo que si
Lacan aquí articula que al nivel del esquema temporal el pasaje
al acto es lo que está permitido en la operación de la alienación,
no es imposible preguntarnos por la relación de esto con la interpretación
del suicidio. Más aún si Lacan dice que el otro término
imposible de elegir en principio en la alternativa alienante corresponde
al acting-out.
Freud en Consideraciones actuales sobre la guerra y la muerte, nos dice
que encontramos en el inconsciente del hombre civilizado las actitudes
del hombre primitivo y concluye diciéndonos que el primer deber
de todos los seres vivos es el de soportar la vida. La experiencia analítica
nos conduce a percatarnos que el movimiento dialéctico homicida-suicida
es particularmente representable en el registro del parricidio. ¿
Qué es aquello que el sujeto mata en su padre, ya que sabemos que
a la muerte del padre sobreviene la ley?
Todos los grandes historiales de Freud, con excepción del caso
del pequeño Hans, comprometen una referencia al suicidio. Consumado
por la hermana del Hombre de los lobos, intento de ahogarse en el baño
por parte de Schreber, como impulsos obsesivos en el Hombre de las ratas,
en la identificación parcial de Dora con su padre, como intento
fallido de Anna O. luego de la muerte de su padre, y por último
como pasaje al acto por parte de la joven homosexual. Si bien Freud encuentra
significaciones singulares no universaliza un sentido a partir de ninguno
de estos casos clínicos. Aún así Freud incluye el
suicidio dentro de los Actos de término erróneo dentro de
la Psicopatología de la vida cotidiana sin poder organizar una
teoría sobre el suicidio. Identificación histérica,
identificación melancólica, pulsión de muerte, parricidio,
sadismo, agresividad, vuelta contra sí mismo, fracaso del instinto
de conservación o castigo por culpabilidad inconsciente, sólo
pueden ser sometidas al análisis de la significación singular.
La práctica nos enseña que la muerte por suicidio puede
ser nombrada tanto como pasaje al acto como acting-out. Si bien la estructura
del pasaje al acto como forma de suicidio es dominante en la psicosis
no es exclusivo, siendo el ejemplo princeps el intento de la joven homosexual
.
Freud en Duelo y melancolía introduce la famosa frase: la sombra
del objeto ha caído sobre el yo. Esto se interpreta como el pasaje
de una relación del yo y del objeto a la relación del yo
(transformado por la identificación al objeto) y la instancia crítica.
Lacan en la clase del 3 de julio de 1963 dice que el objeto supera su
dirección y es el que triunfa. Ese objeto a está habitualmente
oculto detrás del i(a) del narcisismo. El objeto a oculto, desconocido
en su esencia es lo que el melancólico necesita que pase a través
de su propia imagen atacándola para poder alcanzar en ese objeto
a que lo trasciende, aquello cuyo mando se le escapa y cuya caída
lo arrastrará en la precipitación, en el suicidio."El
suicidio a través de la ventana, esto no es casual: se trata del
recurso a una estructura que no es otra que la que yo acentúo como
la del fantasma".
El fantasma tanto en el neurótico como en el perverso ofrece un
marco, pero un marco que puede correrse, por donde el sujeto puede arrojarse.
Por ese agujero posible por el efecto de soldadura entre sujeto y objeto.
Un lugar de mucha cautela en el curso de la dirección de una cura
en el lugar a ocupar por parte del analista. Tanto el acto, el acting-out,
pasaje al acto o acto fallido forman parte de la transferencia.
La estructura del sujeto es suicidaria Los efectos del significante por
sobre el sujeto, su afánisis por el efecto del deseo del Otro.El
objeto freudiano surge de la lógica de la alternancia de la presencia
ausencia significante del fort-da del juego con el carretel, pérdida
del estatuto natural del objeto por un estatuto real; la palabra como
muerte de la cosa. Es cierto que en el suicidio se pierde la vida, pero
en el tiempo de la estructuración el acto de Narciso nos da la
existencia. El primer significante el sujeto lo recorta del gran Otro,
de las fallas del Otro por donde el deseo se introduce. Ante la pregunta
¿ Qué me quiere el Otro? el sujeto ofrece su propia desaparición
como respuesta, posición suicidaria que lo sumerge en el deseo.
Es por esto mismo que debemos pensar la insistencia de los intentos de
suicidio en ese momento tan singular de sacudimiento y reordenamiento
estructural que le damos el nombre de adolescencia. Lacan el 12 de febrero
de 1958 en su seminario Las formaciones del inconsciente, recordaba a
Freud que decía que más allá del principio del placer
estaba la aspiración al reposo y a la muerte eterna. La resistencia
de ciertos sujetos a aproximarse a su historia como sujetos y el querer
salirse del juego. Sujetos no deseados que no quieren esa cadena significante
en la cuál no han sido admitidos. Reconocimiento de un deseo. Cuanto
más se afirma el sujeto con la ayuda del significante, queriendo
salir mas vuelve a entrar integrándose a la cadena significante
deviniendo él mismo un signo. Abolido y muerto él es un
signo eterno para los demás y los suicidios más que otros.
"El suicidio como belleza aterradora condenada por los hombres y
contagiosa que hace que las epidemias de suicidios sean lo que hay más
de real en la experiencia".
Concluyo."Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte"
S. Freud.
Montevideo, setiembre de 2000
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