"Debe darse inicio a la lógica del Heteros..."

QUIROGA Carlos R.


Dado que el andar de S.Freud fue guiado por las histéricas, es lógico que encontrara en el fin del análisis tanto para hombres como para mujeres el rechazo de lo femenino, porque de hecho las histéricas "hacen de hombres".

El andar del obsesivo no habría de llevarlo más allá del choque con esa

roca común.

Es que para la lógica regida por la función fálica que reparte entre fálicos y castrados lo común para uno y otro sexo es lo homosexualidad a todas luces masculina.

Se sigue entonces que el análisis será interminable en la medida de que no pueda ser llevado más allá de este sentido común, la castración como amenaza -consecuencia del amor homosexual al padre del traumatismo-.

J.Lacan ha hecho esfuerzos por avanzar en un más allá de esta roca organizada por la función fálica, al definir lo heterosexual sin echar mano a ninguna maduración genital.

"Llamemos heterosexual por definición –dice Lacan en su escrito de L’ Etourdit – a lo que gusta de las mujeres, cualquiera sea su propio sexo. Dije gustar de, no comprometerse a ellas por una relación que no hay. Hasta es lo que implica lo insaciable del amor que se explica en esta premisa."

Allí donde lo común para ambos sexos era el rechazo de lo femenino el gustar de las mujeres como lo común debe advenir; podría ser una forma de plantear la ética de esa subversión.

"Debe darse inicio a la lógica del Heteros..." continúa J.Lacan en el mismo escrito,

para hacer mención al Parménides de Platón, ese dialogo en el cual la dinámica de las nueve hipótesis hace lugar a una falta que da cuenta de la incompatibilidad entre el Ser y el Uno.

La referencia al gusto en la premisa no parece trivial en el sentido de que de las mujeres pueden gustar, donjuanes, modistos y peluqueros.

Es evidente la fuerte resonancia kantiana si tenemos en cuenta que en una frase anterior J.Lacan escribe "...por fundarse en notoda, el Heteros que no puede saciarse de universo" y en una posterior "...la cuestión fue durante siglos machacada en términos de intuición del sujeto."

La importancia de hacer referencia a la capacidad de juzgar de la tercer crítica radica en que según Kant el juicio es "el poder de subsumir lo particular en lo universal.

El conflicto planteado por E.Kant en torno a la necesidad del concepto respecto del gusto deriva en una afirmación sorprendente: Existe acerca del gusto el concepto indeterminado por el cual toda operación referente al juicio será entonces local y por aproximación.

Singularidad de la semejanza, rasgo único que obliga a contar uno por uno ya que no se puede fijar la norma para todos los casos.

Sobre gustos no hay nada escrito dice el refrán. Es decir que en materia de gusto hay algo que no cesa de no escribirse, el goce de las mujeres. Porque hay algo que no cesa de escribirse, el goce masculino enredado el las coordenadas del fantasma fundamental de masturbación: "Se pega a un niño".

J.Lacan ha desplegado la lógica de ese fantasma hasta su verdaderos límites, dando cuenta del carácter perverso del fantasma incluso cuando este opera en la neurosis

Ser abandonada o sodomizado y castrado por el padre es despliegue imaginario de

una razón que encuentra su real en la relación del sujeto al significante.

La resistencia a la construcción de la segunda fase "Yo soy el niño pegado" le da forma a la resistencia del sujeto a quedar debajo de un significante o lo que de allí se sigue, la resistencia a la entrada a un discurso. En tanto que ambas operaciones

connotan la castración.

Esta feminización resistida, marca las variaciones del síntoma respecto del Otro del sexo hasta el fin del análisis, dado que la construcción del fantasma en cuestión supone todo el recorrido del análisis

El trayecto del recorrido, puede ser colocado en los términos del tiempo lógico

de tres tiempos y dos escansiones.

1) "Se pega a un niño", instante de ver, donde el sujeto esta en la posición más impersonal, desujetivizada, homologo al "se piensa"

2) "el niño odiado por mí" el tiempo de comprender en el cual se dialéctiza la relación

a otro que sirve de apoyo, es el tiempo de la reflexibilidad de un "yo pienso", pero un "yo pienso desde el otro"

3) "yo soy el niño pegado", momento de concluir por la prisa en un absoluto y radical "no pienso".

De este modo la segunda fase del fantasma coincide con la tercera modalidad del tiempo y hace coincidir la aceptación del sujeto de la castración con la salida.

El punto de resistencia se articula a la presencia del otro de los celos, en particular a su imagen. Es el plano que sostiene el goce que se devela homosexual.

En la misma línea sigue el escrito citado de J.Lacan al plantear una de sus tesis más fuertes, a saber: La imagen especular - i(a). en su voracidad es el homosexuado. Esta condición del homosexuado rechaza la semejanza humana a favor de lo semejante, es decir, el macho.

La diferencia que existe entre la fotografía y el dibujo, prefigura la que existe entre lo semejante y la semejanza. En esta captura por la imagen, en donde lo oral y lo escópico son indiscernibles, ver y comer son la misma cosa. De allí que la envidia funde la lógica de la degradación de la vida erótica en todas sus variantes.

En cualquiera de esas variantes un hombre no podrá aceptar que la mujer es notoda suya, y si es toda suya entonces no podrá servirle muy bien a esa mujer de la

que quiere gozar.

Defender la mujer como un Bien impide el goce de ella, (en el sentido, del genitivo subjetivo-objetivo)

Una mujer como Bien a dominar, valor de uso y utilización de goce define la lógica macho precedida por la función del falo, en la cual las mujeres fundamentalmente no hablan.

"El homosexuado, continúa Lacan, esto es lo que hasta ahora se llamaba el hombre en forma abreviada,... es el prototipo del semejante.

El Heteros, observen, es quién, por sembrarse en él de discordia, erige

al hombre en su estatuto que es de homosexual"

No es en esta cita que se encuentra el sustento para definir todo Amor-

Pasión como homosexual, al tiempo que debemos asegurar que existe

żun amor más allá de la pasión es decir el amor como falta?

Hay división del Uno del Imaginario a partir de la incompatibilidad del Uno con el Ser. Es decir, está el Uno indivisible del rasgo llamado unario y el Ser, el Uno llamado englobante de la imagen especular.

La articulación del rasgo unario –efecto de la introyección simbólica- descompleta al Ser uninano efecto de la proyección imaginaria.

Un asentimiento entonces a lo que de semejanza no es semejante, es quizás aquello que hace que el hombre en cuestión pueda descompletarse para la mujer de la serie de los padres.

Con J.Lacan –no sin S. Freud- el afecto también debe ser dicho, pero en la forma de un decir. Es el gusto por el Bien Decir, que quiere decir, no decir donde está el Bien. Un decir sobre el amor que permita al goce ( temor al sometimiento – envidia al pene ) el paso al deseo

No decir donde está el Bien, es quizás la forma de dejar de mal decir a las mujeres hasta la sinrazón, de dejar de hacerlas maldichas, in-fame.

En fin aceptar que la cosecha de mujeres nunca se acaba.

 

CARLOS QUIROGA (Buenos Aires, invierno del 2000)