LA ESCUCHA, EL ECLIPSE Y EL RAYO.
(Entre "Los sonidos del silencio" y "Los molinos de tu pensamiento")

INI Cintia


"Tengo derecho, igual que Freud, a comunicarles mis sueños. Al contrario de los de Freud, no están inspirados por el deseo de dormir, a mí me mueve más bién el deseo de despertar" J. Lacan.

De un despertar que nunca termina.

Luego de 20 años en la práctica del psicoanálisis, y quizás como una buena conmemoración de los mismos, hacen eco en mi estas palabras, desde las cuales localizo la vigencia de este deseo de despertar como interminable, ya que este no cesa nunca de no producirse, o dicho de otra manera, creo que el desafío de la clínica psicoanalítica es el de un re-despertar permanente, Ya que es caro a Morfeo enlazarnos una y otra vez en su sopor.

"Me mueve un deseo de despertar", si este deseo dice de su causa (de Lacan) es justamente porque toca un imposible de la práctica clínica, la imposibilidad de mantenernos despiertos. La mayor parte del tiempo quizás estamos dormidos y sólo algunos destellos de tanto en tanto nos mueven a despertar.

Sabemos que lo que nos despierta en la clínica es la irrupción de un real, Cuando no entendemos algo, ahí nos despertamos, dice Lacan, al mismo tiempo se refiere a la clínica, como "ese real imposible de soportar".

Ese imposible de soportar de lo Real de la clínica, creo que es la puerta giratoria por la cual si giramos para un lado, nos orientamos al rechazo de la contingencia, cubriéndonos de la sorpresa, de lo inesperado, de la incertidumbre, esta comodidad anodina no ahorra cierto malestar concomitante, o el letargo como una agudización de dicho malestar. (Letargo como un retorno de ese resto forcluido)

Girar en el sentido inverso, implica la función deseo del analista como un deseo que tuerce la inercia de esta tendencia, es un deseo de despertar que se sobrepondría a este rechazo a enfrentar el riesgo de hacerse receptor de un real, de lo que irrumpe, pulverizando toda comprensión intuitiva, pero ¿en que se basa ese deseo? ¿qué es lo que lo causa? ¿podemos pensar que es ese imposible de la clínica el que se torna en causa?

Así planteado pienso que esa doble dirección posible a la puerta giratoria, se centra por un lado, en la tendencia a ocluir el estatuto de lo imposible, ficcionalizando una clínica de lo posible en la cual todo encajaría en la que el analista no tiene dudas de su eficacia (condición de máximo adormecimiento)
La dirección contraria, sería la de preservar el estatuto de lo imposible de la clínica, lo cual actuaría como cierta condición para habérnosla con algo de esto, como una especie de hilo de Ariadna que en medio de los inevitables enredos nos indique alguna orientación en la vía del despertar, a condición de estar advertidos que no hay tal condición, ni tal vía. " El Despertar es lo Real bajo su aspecto de lo Imposible" (1) Lo imposible despierta.

Esta bifurcación un poco tajante es un artificio para pensar por un lado dos tipos de clínica, paro afilando más el asunto, por los mismos motivos anteriormente enunciados me interesa remarcar como inherente a todo analista estar atravesados por estas dos disposiciones, ya que el deseo del analista no es un deseo puro. No-todo es "deseo del analista" en el analista. Creo que es uno de los motivos por los que Lacan pensaba que el pasar el pase no era de una vez y para siempre.
Allouch. J. retoma la aseveración de Lacan, acerca de la clínica como un real imposible de soportar, y le agrega: " de otra manera que no sea por el escrito", (2) aclarando al respecto, que no es que el escrito lo haga más soportable, sino que se hace soporte de su estatuto de imposibilidad, la hace valer como tal al no cesar nunca de no escribirse. (Volveremos sobre el tema del escrito).

LO REAL EN LA ESCUCHA.

Creo que las consecuencias más inmediatas respecto de estas vacilaciones, recaen sobre la escucha y sus eclipsamientos concomitantes.
¿Cómo se juega en este sentido la aversión del analista a la aparición de lo Real en la clínica bajo sus modos de contingencia, o bajo su modo de imposible?
Por un lado se da como una evitación a ser "incauto", a quedar en una posición "de abierto" a la sorpresa, interceptando la "asombrosidad". refugiándose en un saber ya constituido. Lo contingente no remueve la pesantez cristalizante de "lo necesario".

Esto se juega en una resistencia a dejarse siderar en la escucha, envueltos en la seductora "armonía" que cierra la permeabilidad que lleva a percibir las "disonancias y modulaciones que se independizan de la jerarquía tonal unificante"(3), impidiendo vislumbrar el múltiple sustractivo que hace estallar el Uno refugiado en la guarida del Sentido (jerarquía tonal unificante)

El SENTIDO, sería el aliado privilegiado de estas resistencias, por supuesto, no es sin él que trabajamos, pero lo REAL es justamente lo que ex-siste al SENTIDO por lo tanto este goce-sentido adormecedor y mortífero se constituye en un perfecto guardián que intercepta el paso de lo Real neutralizando sus efectos.
Hacer vibrar desde la escucha la polifonía yacente en el decir silenciaría el discurso imperativo del Sentido como decía Lacan "hacer sonar allí otra cosa que el sentido" salir del "yugo de la jerarquía tonal" que eclipsa la distonía de un real allí en juego.

Aquí me detendría epecialmente en la posibilidad de escuchar y puntuar el equívoco, vía de reducción del Sentido en la que Lacan insiste una y otra vez a lo largo de sus últimos seminarios, así como en "Televisión" y "L' Etourdit" Creo que aunque forme parte de lo más cotidiano de nuestra clínica, se acantonan fuertes resistencias para el analista en su posibilidad de "ir al pie" de la Letra

El analista precisa de efectuar un vaciamiento de Saber y un anonadamiento del Sentido, para dejarse atravesar por el rayo que lo rasga (al sentido) permitiendo la aparición de la Letra camuflada en el mismo. Esta no es una operación que va por la vía de la intuición natural sino que requiere de un Forzamiento de un ir "Contra-naturaleza" tocar las puntas de ese Real, (con las imprevisibles detonaciones que esto implica) frente a lo que hace sentido.
Lacan en televisión dice que es ese real el que permite desanudar efectivamente la consistencia del síntoma, consistencia hecha de "un nudo de significantes...nudos que se constituyen para hacer cadena de la materia significante...esas cadenas no son de sentido sino de gozo-sentido."
Jouis-sens -> gozo-sentido
J 'ouis -> yo-oí
Oui -> sí
Se condensa en jouis- sens : Audio(sí)gozo-sentido, estos son los términos que pone en juego Lacan en televisión. Se hace necesario des-oír, no-oír, el (sens) sentido sustraerse al poder hipnótico que todo discurso contiene.
Es un des-oír para oír lo inaudible haciendo caer algo de ese goce portado en el sentido. Así interpreto parte de lo que L. nombra como contra-naturaleza
Lacan abreva en la poesía buscando en ella la libertad alada que oriente desde su inspiración, en un tratamiento de Lalengua,(a la que se articula el saber del inconsciente) que la "elastice," la "elongue" El analista como un artesano entrama la urdimbre con los hilos de R.S.I. a través de un paciente trabajo que separa, disloca sonido y sentido para rearticularlos extrayendo la Letra portadora de goce, modificando las condiciones del mismo . Leer con el escrito es desciframiento del cifrado inconsciente a través del cual Lalengua precipita en Letra.
"La Letra, únicamente allí tenemos acceso a lo Real, Goce del Otro"(4) (imposible en su inexistencia).

Francisco Quevedo maestro de las Letras, jugó una apuesta, para ganarla debía animarse a decirle a la reina que era renga, Quevedo se acerca a la reina con un ramo de flores y le dice: "Entre la Dalia y la Rosa su Majestad escoja" es-coja. Quevedo con su bien-decir puede allí producir el S(A barrado) nombrando en forma velada "lo que cojea" en el Otro ahorrándose a través del equívoco homofónico, de quedar en una posición de goce sacrificial con el fin sostener la existencia del Otro, lo cual hubiera sucedido si se exponía a ofender a la reina.

PARA FINALIZAR,,,
La enseñanza de Lacan Tiene que ver con una capacidad de interrogación perseverante y testaruda, acerca de la posición del analista, siempre metiendo cuñas en los lugares de imposibilidad.
Este modo de bordear una y otra vez los límites en nuestra clínica al fin y al cabo es una de las maneras de rozar la castración, haciendo el efecto de un motor vivificante que nos permite de vez en cuando despertar.

BIBLIOGRAFÍA.
(1) J. Lacan, Sem. 24 Inédito.
(2) J. Allouch Letra por Letra Ed. Edelp
(3) Debussy
(4) J. Lacan. La Tercera.