ENIGMA Y POSICION DEL ANALISTA

DIAZ Guillermina


Quizás porque resuena, todavía en mí aquella enigmática frase con la que Freud definía su descubrimiento: NO SABIENDO QUE LO SABE, CREE IGNORARLO, es que me resulta interesante plantear en EL Congreso de la Convergencia, un trabajo desde la vertiente del enigma.

Ahora bien,¿ qué es un saber... sin saber...? es un ENIGMA entre otros.

Un ENIGMA entre otros.
La dimensión de enigma está presente de entrada en el campo del psicoanálisis bajo esta forma : paradoja de un saber no sabido que se ordena como un discurso. Discurso analítico, concebido por Lacan como nuevo lazo social, condición necesaria para la trasmisión del psicoanálisis.

Hubo un tiempo en que , valiéndome de la letra de la novela de Jensen "La Gradiva" y siguiendo una propuesta de Lacan en el seminario del Acto Psicoanalítico(1) pude situar distintos modos de aparición del enigma.
Fue así que encontré tres modos de interrogación que, a su vez relacioné con tres tiempos de la cura.

Rápidamente los mencionaré:
Hay un tiempo donde lo que se hace oír es una lectura producida por el enigma de la relación con el Otro, lectura producida con los significantes que le vienen del Otro , a ese tiempo de interrogación lo llamé
primer Tiempo ó TIEMPO DE LECTURA.
Luego situaba un segundo momento al que denomimé TIEMPO DE ESCRITURA no sin aclarar, que ese tiempo escribe las relaciones del sujeto con el objeto y se produce allí aunque sea siguiendo las trazas de un camino ya marcado.
Y por último situaba un tercer tiempo que se puede nominar como un "YO ME PIERDO" como ese tiempo en el que habiéndose ya, producido un Acto, el sujeto ya no es el mismo y el yo pierde sentido.

El enigma es una enunciación que, en tanto no encuentra nunca un enunciado tal que lo recubra totalmente, deja abierta las condiciones no sólo de acceso al inconciente, sino también, (y entiendo que esto es lo decisivo) la función de la causa.
Cómo no recordar, a esta altura, la formulación de Lacan en la que ubica al "enigma" como el lugar que interesa a la eficacia de una intervención del analista: la interpretación entre el enigma y la cita.
Dos registros que participan de un semi-decir. ..."Enigma entonces, tanto como puede ser tomado en la trama del discurso del analista, enigma que el INTERPRETE no puede completar por sí mismo de ningún modo. Y por otra parte CITA, también en su dimensión del semidecir por su recurrencia a aquel que es el AUTOR, para el caso el ANALIZANTE" (2)

Por otro lado, el analizante es convocado a realizar una tarea que se sostendrá de sus dichos.
Pero ocurre que no siempre en la práctica que sostenemos nos encontramos con decires enigmáticos ó que desplieguen alguna interrogación.


Si la clínica psicoanalítica es " lo que se dice en un análisis", podemos interrogar aquellas situaciones donde lo que se dice no abre la dimensión del enigma que plantea el "que se diga, queda olvidado, detrás de lo que se dice en lo que se escucha". (3)

Es como si fuera posible encontrarnos con el relato de los hechos en sí, cerrados sobre sí mismos "el hecho del hecho"

Entonces adelanto una pregunta: ¿Es posible que un relato no quede suspendido del enigma de la enunciación?

Recuerdo un joven, bien dispuesto de palabras, del que tomaré un tramo de entrevistas preliminares que me llevó a pensar la relación ó la tensión entre el enigma y la novela familiar, a raíz de que ésta, parecía estar ausente para este joven.

Un episodio de impotencia fue, según su decir el desencadenante que lo lleva a la consulta. Su carta de presentación: ... y."..no pasó nada" . Joven profesional, exitoso con las mujeres, durante la época de su pubertad se había topado con una respuesta arrasadora de lo real: Dos pérdidas importantes sucedieron por entonces: la muerte de un ser querido y un exilio familiar impuesto, eran traídos a la consulta como datos de su historia bajo una cierta forma de indiferencia, de inercia. Describe, sin dejar de mostrar una cierta exterioridad. La historia que relata no le pertenece, no ha tenido ningún encuentro con ella. No logra adueñarse de un recuerdo. Inclusive el tono en el que lo enunciaba era mas bien adormecededor.
La palabra vacía dando vueltas sin cesar.bajo la forma de cierta "comodidad" en no saber qué pasó. Y al mismo tiempo el "no pasó nada" apresuraba una respuesta antes de que apareciera formulada alguna interrogación. La ausencia de saber no abría el acceso al enigma sino más bien se transformaba en goce de la ausencia misma del saber.
Hay un rechazo del saber: no se entera, no concluye: NO PASA NADA:.

Y esa misma posición que él cuenta de su historia es la que tiene con la consulta.Allí describe, y preserva una cierta exterioridad. Es como si mirara desde afuera.

Sostengamos por el momento la hipótesis de que el enigma establece una brecha entre saber y goce que permite encontrar el surco hacia el encuentro con alguna verdad. ¿Cómo encontrar esa dimensión enigmatica que surge de la falta de adecuación entre enunciación y enunciado, si lo que le pasa a alguien es que "no le pasa nada" y ello no lo interroga?
Un sueño viene a conmover esto:
" soñe que tenía el auto de mis sueños, lo veía, y no me pasaba nada, no estaba contento, ni trizte, era como si fuera de otro, pero era mio!!! ...hasta que alguien (ninguno en particular aclara) me decía con admiración: "te compraste un XXX" cuando escuchaba la marca allí aparecía toda la emoción, un vértigo, casi naúsea. Me despierto"
Este sueño, no sólo se propone como cifra abierta a la interpretación de lo que el relato del sueño deja oír:: "el sueño de los sueños, permite seguir dormido" "él ... despierta cuando una marca se hace OIR como el Nombre del AUTO XXX"
Este sueño pone al analista sobre la pista acerca de un modo posible de "incomodarlo".
Trasmisión al analista: Sería conveniente nombrar.
Nombrar, con todo el peso de la VOZ que se hace OIR.
Bucle de pulsión invocante presente ya en el discurso analizante.
Tiempo en el que salir de lo unívoco, ó producir una diplopia, es un efecto que se produce no por corte, sino por sutura: se trata del NOMBRAR.

Corte ó sutura?. No era que la eficacia de la intervención del analista siempre es por corte? Será esta una respuesta a aquel decir enigmatico y para mí casi incomprensible de aquella afirmación de Lacan en el Seminario Le sympthome cuando dice" por algún lado le enseñamos a coser, a hacer costura entre su síntoma y lo real, parásito del goce...lo que es caracteristico de nuestra operación". (4)

O quizás simplemente sea necesario señalar, que cuando este joven produce ese sueño, ya está incluída en la transferencia la apertura hacia el camino de la interrogación por el deseo.
Efectivamente el sueño abre la puerta.
Sin embargo, lo sorpresivo, el hallazgo fue, haber encontrado una referencia tan fuerte, tan literal, diría, a que la interpretación de un sueño pudiera "ser también índice de un modo en las intervenciones". Es decir, que la posición del analista estaría siendo sostenida y dirigida por la producción del inconciente.
En ese punto si se trata de encontrar una "dirección" prefiero que me enseñen los analizantes ya que "lo que se enseña en la Facultad ... amenaza con no tener consecuencias en lo real

Si la función deseo del analista no puede decirse más que como una x, es porque hay una dimensión enigmática del deseo cuya lógica se muestra en la especificidad de nuestra práctica.

Rosario, Agosto 2000

 

  1. Lacan, Jacques: Clase del Seminario El Acto Psicoanalítico , 6/12/67
  2. Lacan, Jacques:Seminario El reverso del Psicoanálisis, Clase del 17/12/69. El subrayado es mío
  3. Lacan, Jacques: L´etourdit pag. 11 Traducción y publicación conjunta de la E.P.S.F.Rosario y E.F.B.A.
  4. Lacan Jacques: Seminario Le sympthome Clase del 13/1/76