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Movimientos de la Verleugnung en el análisis de
un niño
de MUSOLINO Maria Rosa Borgatello
Los juegos lenguajeros de un niño de 8 años muestran la
ranura del decir verdadero por donde pasa lo Real, lo que suple la ausencia
de relación sexual. En el trabajo analítico de lalengua
con las lenguas aparece lo desmentido, desestimado o renegado, lo que
ha sido dejado fuera de la simbolización general.
Después de un año y medio de trabajo analítico logra
superar sus miedos. Pero, es sorprendido por la "percepción"
de la castración metaforizada en la muerte de Lady Di que traduce
en síntomas: terrores angustiosos, cortes de cabello y tartajeos.
Primeramente, para dar cuenta de ello desmiente la realidad objetiva e
incurre en el primer error semántico en su discurso prolífico
y cuidado. Dice con mucha angustia: "Necesito geografía para
la pierna". Esta afirmación primordial, admite en lo Simbólico
algo que simboliza el falo sobre una parte de su cuerpo dentro de un código
propio. Es un "yo no me engaño" (1), que se anuda entre
el sujeto y el tesoro de los significantes.
Tramita con laleos o con una lengua procaz, mezcla de deformación
creativa y obscenidad, sus actings y las agresiones sobre su cuerpo. En
este momento no puede darles un sentido significante como hacía
con los miedos, pues no acuden recuerdos. En realidad, no puede acordarse
porque esto va a ser una construcción del análisis alrededor
de esa irrupción de lo Real, cuya verdad está a punto de
inventar.
Así, buscando otro sentido para la angustia, pasa de la coprolalia
palabrera a ser voz alienada en el Otro, es decir, a jugar o hablar durante
varias sesiones, sólo con sonidos guturales asignificantes. Cuando
interrumpo ese goce, simbolizando la transferencia que en este momento
aparece caída, insignificante, reacciona con el cuerpo tirándose
encima del diván y grita "Pinino!". Luego se tira al
piso, imita a un perro y se chupa la pierna. Cuando repito Pinino, responde
"Pinino se chupa el pito".
En apariencia eleva a la condición fetichista el nombre de su perro,
pero en lo Real de este "yo no te creo cuando tú me desengañas",
me haces tú, en esta forma fugaz de lo increíble surge el
vocablo, como aparente triunfo sobre la castración pero que lo
ordena allí, organizando las marcas que el Otro dejó en
él.
Por ello, este va a ser el nombre que modula a gusto en inflexiones y
desgloses que otros no pueden percibir (2), especialmente en lo relacionado
a la erotización de su pierna incluída en la emisión
vocálica de la primera sílaba de "Pinino". Venera
a su vez, al perro fetichizado metonímicamente por el nombre, lo
imita, lo elige como compañero de juegos eróticos, dejándole
frotar los genitales contra su pierna, a fin de continuar la masturbación
renegando la amenaza de castración.
En las sesiones siguientes, al hablar de sus miedos y terrores los desestima
y reniega. De pronto, transformado por los efectos de su decir se des-sujeta
de la demanda del Otro y desde su deseo establece una marca Simbólica
propia. Dice "No, Pinino, no". Algo mana (3), alcanzando lo
Real más allá de la representación palabra.
Sorprendido, se escucha y relata un sueño de angustia. Intentando
asociar, balbucea: "... Pi..n..ino. S...mall...est. Yo soy Pinino
de mi mamá.... (...) ... El small-pin de mamá.". Hace
que algo, un enunciado no reconocido, unbekannt, radicalmente ajeno pero
familiar, un "se dice", se escurra detrás de un "no
quiero saber nada de ello".
Escucho en las tres lenguas un 'me niego a reconocer' que desestima la
verdad, mientras la certeza se abre paso por la negación. Desacredita
lo afirmado como representación y por este mismo
hecho ese crédito se inscribe directamente en la lengua como fuera
de imagen, de sentido, de rememoración.
En el instante previo a la desmentida algo aparece olvidado, reprimido.
Lo perdido y memorizado que vuelve es la lengua materna como falo materno,
es decir como significación del falo. Esto es, la lengua hablada
por la madre que traduce la hablada por el padre y la madre de la madre
en la crianza de esa hija, el italiano. Lo erigido en símbolo es
el intervalo mismo entre lenguas que debe leerse en varias lenguas para
escuchar el decir verdadero. Pues, la equivalencia engañosa entre
Picolino en italiano y Pinino en castellano, entre el significado de la
palabra pin en inglés y el subfijo ino en italiano, es la equivalencia
significante pero fuera de significación que alude a lo chiquitito
en la mezcla de las lenguas.
Lo in-significante insiste en el sonido "pi" de pierna y en
la pierna real ofrecida como sustituto anatómico en la masturbación.
El fonema pi es tomado en la conjunción de la imagen especular
y del objeto causa del deseo: la pierna de la madre en bata observada
durante los masajes en su "bequino" en oportunidad de la fimosis.
Esta palabra italiana designa familiarmente al pito como un piquito. Esta
imagen es el signo, la referencia del punto de goce, la traza tomada por
la represión.
La insistencia fonemática hizo que allí encontrara la huella
de esa b que suena p al pronunciarse. Su madre conocía el significado
denostante de este sonido que fijó pulsionalmente y moduló
ante el hijo. Recuerda el derecho sobre su cuerpo. Ella era la encargada
por ser él su 'picolino', a su vez, el en-cargado de cubrir la
diferencia significante, ese lugar oscuro de goce.
Nombrándose "Pinino", da este algo que ella no tiene,
para engañar ese deseo que no puede ser satisfecho. Se trata de
un significante del sujeto, único, porque esto no tiene alcance
más que por ser traducible en su propio lenguaje. El significante
surge como árbitro de la ordalía, del festín de goce,
pero como si no perteneciera al sujeto, le vuelve de afuera en lo que
"se dice". Claro que, si no estuviese ahí nada lo aferraría
a su existencia subjetiva.
Esta Verleugnung singular re-vela el representante de la representación
pulsional que pone fuera de juego la significación en tanto significación
del falo y cuestiona el nudo Simbólico del Nombre del Padre condicionado
por el deseo materno. Al mismo tiempo, la producción de un vocablo
en una lengua personal lo hace nudo de una "formación"
Real (4) en provecho de la diferencia significante pura, su modo de decir
la no relación sexual.
¿Pero cuál fue el resplandor que produjo en la bruma el
significante singular?. Fue el impacto de un "bequino picolino",
el piquito chiquitito de su madre en la identificación al clítoris
materno, ese lugar de la falta que creía que no falta pero falta.
El sujeto se feminiza al permanecer a la sombra de la letra transmitida
desde un goce más allá del falo. La antepone como si esa
fuera, es decir, funda su ser fuera de la ley pero la pone a trabajar
en la lengua (5). " Pinino" equivale al "small-pin de mamá",
el alfilercito de mamá nombrado en otra lengua compartida, el inglés.
De este modo trabaja el conflicto, en el enigma del síntoma producido
en análisis. Este quedarse sin palabras del que se sirve en las
muecas y tics que lo traen nuevamente, un año después que
sus padres decidieran interrumpir su análisis porque ya no tenía
más miedos.
Bibliografía:
( 1) Sigmund Freud: Esquema del psicoanálisis, Cap. VIII. Tomo
XXIII - Amorrortu editores
Abriss der Psychoanalyse, pág.132. Tomo XVII - Fischer Verlag
(2) " " " " Fetichismo. Tomo XXI - Amorrortu editores
Fetischismus - Gesammelte Werke - Tomo XIV pág.311,313 - Fischer
Verlag
(3) Jacques Lacan: Les non dupes errent, clase 12-2-74. Inédito
(4) Sigmund Freud: Lo inconsciente Cap. III, Tomo XIV - Amorrortu editores
Das Unbewusste. G. Werke -Tomo X pág. 275
(5) Jacques Lacan: D'un discours que ne serait pas du semblant, clase
17-3-71 y 10-3-71
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