Escisión y división subjetiva

CHEMAMA Roland


Decir que "el inconciente está estructurado como un lenguaje" o, aún más, que el lenguaje es la condición del inconciente, ésto es establecer de entrada que el sujeto humano es un sujeto dividido. La división subjetiva constituye así uno de los conceptos decisivos de los adelantos de Lacan. Éste texto tiene por finalidad la de interrogarlos a partir de un punto que, a menudo, no es sen?alado.
Dividido, el sujeto lo es por mas de una razón. Desde el momento en el que habla, desde el momento en el que su deseo se constituye a nivel del lenguaje, siempre equívoco y polisémico, podemos escuchar otro discurso más allá de lo que cree querer decir. De esta manera se constata la división entre el sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciación. Lacan articula entonces lo que dice de la división a lo que define como alienación. Si el sujeto se plantea entre el ser y el sentido (del lado del Otro), cuál es su elección posible? Si elige el ser, rehusando pasar por los significantes del Otro, pierde todo. Si elige el sentido, éste será amputado de esa parte de sin sentido que constituye el lugar mismo del sujeto. División, entonces, entre ser y sentido. Pero también podemos ser más precisos evocando el corte en su nivel elemental: el corte entre dos significantes. Si efectivamente el sujeto está representado por un significante para otro significante, el segundo significante que debería autentificar esta representación va más bien fijar el sujeto, hacerlo desaparecer en un efecto de afánisis: división entre S1 y S2. Por último, el hecho que el sujeto siempre tenga que pasar por la demanda y los significantes del Otro para alcanzar un objeto hace que el objeto que causa su deseo sea un objeto perdido: división , entonces, entre el sujeto y su objeto.
Vemos que todo ésto es bastante complejo: en efecto, aqui no tenemos que vérnoslas con varias realidades diferentes que vendrían a ser definidas por el término división sujetiva. Se trata más bien de un efecto general de la primacía del lenguaje, efecto que se presenta a nosotros bajo diferentes aspectos. Pero lo que sin duda va a volver las cosas aún más difíciles es una especie de asimilación que parece hacer Lacan, sin problematizarla realmente, entre división y escisión. Es sobre ese punto que yo desearía avanzar algunas reflexiones.
El punto de partida está constituído por algunos textos en donde Lacan, cuando habla entonces de división subjetiva, se refiere al artículo escrito por Freud en 1938 sobre "La escisión del yo en los procesos de defensa."
Remitámosnos, por ejemplo, a estas pocas líneas tomadas de "La significación del falo": "ello habla en el Otro..., es allí donde el sujeto, por una anterioridad lógica a todo despertar del significado, encuentra su lugar significante. El descubrimiento de lo que articula en ese lugar, es decir en el inconsciente, nos permite captar al precio de qué división (Spaltung) se ha constituído así.". Agreguémosle una referencia a "La dirección de la cura" : "Aqui se inscribe esa Spaltung última por donde el sujeto se articula al Logos, sobre la cual Freud ...nos daba en el extremo último de una obra a la dimensión del ser, la solución del análisis "infinito", cuando su muerte puso en ella la palabra Nada." Vemos cómo procede Lacan: presenta su teoría de la división del sujeto en su relación al Otro, lugar del significante, y la acompan?a, entre paréntesis, de un término tomado de Freud, o sea, en alemán el término Spaltung. Lacan insiste sobre el hecho de que la obra de Freud se concluye sobre ese término. Sin duda, sen?ala con ello que ese concepto tiene una importancia particular y que él mismo no lo retoma por azar.
El término "Spaltung" es el que ha sido traducido en francés por clivage1. Desde luego, podemos sen?alar que Lacan lo traduce más bien por refente ("re-hendidura"). Sobre todo podemos hacer notar que entonces habla de una refente del sujeto y no de una escisión del yo. Sin duda, esto es lo que le permite establecer un puente entre la última elaboración de Freud y sus propios adelantos en cuanto al corte, corte entre dos significantes pero también corte entre el sujeto y el objeto. En ese caso, el "re" de refente viene seguramente a recordarnos el corte en doble bucle, que en el cross-cap desprende el objeto a.
Sin embargo, el problema es que el término "Spaltung" reenvía, en el artículo de 1938, a algo muy particular. Efectivamente, en este artículo Freud retoma lo que había introducido en 1927 en "El fetichismo". El sujeto fetichista deniega la castración de la mujer, pero como por otro lado la reconoce, allí hay escisión. Sin duda, la noción de escisión puede aplicarse a otras estructuras clínicas además del fetichismo, como a la neurosis obsesiva o a la psicosis, pero en el texto de Freud ella conserva, de todos modos, una relación privilegiada con él.
Es que hay que preguntarse por qué Lacan articula de esta manera su teoria sobre la división subjetiva, que concierne todo sujeto, con la teoría de la escisión y por lo tanto de la denegación, que reenvía al fetichismo y, sin duda, igualmente a la perversión ?. La cuestión atan?e más bien lo que esta articulación nos permite captar hoy día.
Si la división subjetiva, es decir lo que vale para cada cual, puede tomar la forma de la escisión, vemos que el psicoanálisis, sin gran dificultad, puede concernir los sujetos para los que la escisión y la denegación de la castración se substituyen a la represión neurótica. Ahora bien, ésto es esencial en una época en donde la decadencia de los Nombres-del-Padre viene a debilitar, en el terreno social, la dimensión de la ley simbólica.
Pero, inversamente, no podemos pensar también que es la división subjetiva misma que hay que concebir diferentemente, por el hecho mismo de su proximidad respecto de la escisión?. Digamos que el sujeto, efecto del significante, también puede imaginarse como siendo el amo. Todos sabemos lo que favorece esta operación: el sujeto fetichiza ciertos significantes, eventualmente ciertos significantes del psicoanálisis, y los iza como banderas. Sin ninguna duda, contrarrestar esta fetichisación es para nosotros una tarea esencial.